Este año, el Santuario de Torreciudad cumple 40 años de vida, motivo de celebración y homenaje a todos aquellos que han hecho posible alcanzar esta efeméride
El 7 de julio de 1975 se cumplirán 40 años de la apertura al culto del Santuario de Torreciudad, templo levantado en honor de Ntra. Sra. de Torreciudad y cuya construcción fue impulsada por el amor incondicional de San Josemaria Escrivá a la Virgen. El arquitecto Heliodoro Dols se encargó de la dirección de las obras, que comenzaron en 1970 y terminaron cinco años más tarde. Los rectores que ha tenido el santuario hasta hoy han sido D. José Luis Saura, D. Severino Monzó, D. Carlos García-Villalba, y el actual, D. Javier Mora-Figueroa. El santuario pertenece al municipio de Secastilla, en la comarca de Ribagorza (Huesca). El nombre proviene de una vieja torre de vigilancia del siglo XI , cuyos restos pueden contemplarse a unos metros de la antigua ermita.
El Santuario de Torreciudad, punto intermedio en la trayecto entre El Pilar y Lourdes, forma junto con estos santuarios y los de Montserrat y Meritxell, la Ruta Mariana. Su ubicación natural a los pies del pantano de El Grado, su localización en medio de las comarcas de la Ribagorza, Somontano y Sobrarbe, su cercanía al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido o el embellecimiento de su entorno con pueblos como Aínsa, Alquézar o Graus, le hace ser un enclave realmente importante dentro de la propia Ruta Mariana.
El actual y moderno templo es hoy lugar de reunión y visita por parte de miles de personas, siendo uno de los lugares más visitados del Pirineo y de Aragón. Su construcción se realizó a pocos metros de la antigua ermita, origen de la devoción. El conjunto (explanada, santuario y edificios anexos) resulta una obra de arte arquitectónico de singulares características. Con un estilo muy personal, este vanguardista santuario destaca por la variedad de formas que logra crear con un elemento básico, el ladrillo. Tiene la belleza de la conjunción de la sencillez y la sobriedad, presentando una interpretación muy creativa de los espacios. El santuario tiene dos plantas: planta superior, con el templo y parte inferior, con una cripta con cuatro capillas y confesonarios.
En el interior del templo destaca el retablo, esculpido en alabastro por Joan Mayné, que representa distintas escenas de la Virgen María, y cuyo vano central está ocupado por la imagen de la Virgen, una talla románica restaurada con ocasión de la construcción del actual santuario. Destacan también la Capilla del Santísimo, con un Cristo en bronce dorado al fuego esculpido por el artista italiano Pasquale Sciancalepore y el órgano, con más de cuatro mil tubos.
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