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El mensaje de la Asamblea de CCEE en Tierra Santa anima a peregrinar

(g.s.) – Han venido a Tierra Santa también para «animar a que se siga peregrinando a la tierra de Jesús para renovar la fe y apoyar a los cristianos de estos lugares». Así lo dicen los obispos europeos, reunidos en Galilea y Jerusalén del 11 al 16 de septiembre, en el mensaje de la Asamblea plenaria del Consejo de Conferencias episcopales de Europa (CCEE) difundido el pasado 16 de septiembre, al término de las reuniones.

 

El texto incide: «Viniendo aquí, los prelados europeos han querido también renovar su enraizamiento en Cristo en un momento en el que Europa pide a la Iglesia, aunque no siempre de forma consciente, que anuncie sin miedo y con alegría la novedad de la vida en Cristo que es el Evangelio».

 

El mensaje no ignora el tema de las migraciones, que en estos días pende sobre Europa con flujos procedentes sobre todo de África y Oriente Medio. Los obispos dicen que «la complejidad de este éxodo, con sus inevitables diferenciaciones, requiere de todos y cada uno de los Estados, cuya situación es muy distinta, mucha atención con el fin de responder urgentemente a las necesidades de ayuda inmediata y acogida a personas desesperadas a causa de la guerra, persecuciones y la miseria. Los Estados, a través de las instituciones precisas, deben mantener el orden público, garantizar la justicia para todos y ofrecer una generosa disponibilidad para quien realmente tiene necesidad de ello, en la perspectiva incluso de una integración respetuosa y colaboradora. Grande es el trabajo de las Iglesias de Europa que, siguiendo las indicaciones del papa Francisco, colaboran con los Estados, los cuales son los primeros responsables de la vida social y económica de sus pueblos». Considerada la amplitud del fenómeno y de la tragedia humanitaria en curso, el CCEE pide a la ONU que intervenga eficazmente en una primera acogida de los refugiados, pero también «para detener la violencia y construir la paz y el desarrollo de todos los pueblos». Es decisivo para la misma Europa que se establezca la paz en Oriente Medio y en el Norte de África, así como en el mismo continente, empezando por Ucrania.

 

También para Oriente Medio es necesario repetir que «el diálogo y el desarrollo son el verdadero nombre de la paz». El CCEE dedica un párrafo a dos cuestiones de actualidad para los cristianos de Israel y Palestina: el caso de la colina de Cremisán, junto a Belén, donde se va a construir otro muro de separación israelí, y las esperanzas frustradas de las escuelas cristianas por las políticas del gobierno de Israel.

 

Otro tema crucial, en vista del próximo Sínodo de los obispos (convocado en el Vaticano en octubre), es el de la familia: «Se ha reiterado la belleza humana y cristiana y su realidad universal: papá, mamá, hijos. Particular preocupación causa el descenso demográfico que se registra en casi todos los países europeos. En Nazaret, los presidentes de las Conferencias episcopales, junto a familias locales, han orado por el Sínodo y estas familias, junto a los párrocos, han asegurado que durante las reuniones rezarán diariamente en la basílica de la Anunciación por el Papa y los obispos reunidos en Roma. La Iglesia cree firmemente en la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer: es la célula básica de la sociedad y de la misma comunidad cristiana. No se ve porqué realidades distintas de convivencia deban ser tratadas del mismo modo. Especial preocupación causa el intento de aplicar la «teoría del género»: es un proyecto de «pensamiento único» que tiende a colonizar Europa y del que ha hablado el mismo papa Francisco. La Iglesia no acepta la «teoría del género» porque es la expresión de una antropología contraria a la verdadera y auténtica valorización de la persona humana».

 

«Con vistas al Año de la Misericordia –concluye el mensaje-, los pastores han renovado su empeño por la verdadera felicidad y el destino del hombre. Por eso, como los primeros apóstoles, se dirigen al hombre europeo y a los Estados con la palabra del Evangelio, conscientes de que solo en Jesucristo encuentran respuesta las preguntas profundas del corazón y llega a su cumplimiento total el humanismo europeo».

 

Fuente: Tierrasanta.net | 23 de septiembre de 2015

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